El tiempo de un dios no vale nada, por demasiado
extenso; pero el tiempo de un hombre lo vale todo, porque casi no existe.
(Rafael Argullol. Pasión del dios que quiso ser hombre. Relato y confesión. Barcelona,
Acantilado, 2014. Imagen: detalle del lienzo de Sandro Boticelli Compianto di Cristo Morto con Santi, 1490-1492,
Alte Pinakothek de Múnich)
Rafael Argullol. Un escritor al que este país ingrato y cainita que es España, debiera prestar más atención y reconocimiento. Releo de vez en cuando su libro "El fin del mundo como obra de arte", una auténtica joya de la literatura y el pensamiento.
ResponderEliminar¿La eternidad? Algo insignificante al lado de este momento.
Salud.
Extraordinario libro de Rafael Argullol, como extraordinaria es toda su obra. Sus ensayos sobre el quattrocento y sus miradas sobre el arte pueden figurar entre lo más logrado que se ha escrito sobre el tema en los últimos cincuenta años. Admiro a Rafael Argullol, creo haber leído toda su obra y coincido completamente con lo que dice el amigo Loam.
ResponderEliminarSaludos
Francesc Cornadó