Muchas veces he pensado que la
mejor forma de vida, para mí, consistiría en recluirme en lo más hondo de un
sótano espacioso y cerrado, con una lámpara y todo lo necesario para escribir.
Me traerían la comida y me la dejarían siempre lejos de donde yo estuviera,
tras la puerta más exterior del sótano. Ir a buscarla, en camisón, a través de
todas las bóvedas del sótano, sería mi único paseo. Luego regresaría a mi mesa,
comería lenta y concienzudamente, y en seguida me pondría otra vez a escribir.
(Franz Kafka. Cartas a Felice. Traducción de Pablo
Sorozábal. Madrid, Alianza, 1977)
No hay comentarios:
Publicar un comentario