Todo el mundo os dirá que no soy un músico. Es verdad,
desde el principio de mi carrera me clasifiqué enseguida entre los fonometrógrafos.
Mis trabajos son pura fonométrica. Se verá que ninguna idea musical ha guiado
la creación de mis obras. La reflexión científica es lo que domina. Por lo
demás, me lo paso mejor midiendo un sonido que escuchándolo. ¿Qué no habré
pesado o medido? Todo Beethoven, todo Verdi. La primera vez que utilicé un
fonoscopio, examiné un Sí bemol de tamaño medio. No he visto nunca, les
aseguro, cosa más repugnante. Llamé a mi criado para que lo viera.
(Erik Satie. Memorias de un amnésico y otros
escritos. Traducción e introducción de Loreto Casado. Presentación de Llorenç
Barber. Cronología de Ornella Volta. Madrid, Ardora Ediciones, col. Vanguardia
Clásica, 2007)
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