jueves, 5 de junio de 2014

Lobos


Una fiera y sólo una aúlla en las noches del bosque.

El lobo es carnívoro encarnado y es tan ladino como feroz; si ha gustado el sabor de carne humana, ya ninguna otra lo satisfará.

De noche, los ojos de los lobos relucen como llamas de candil, amarillentos, rojizos; pero ello es así porque las pupilas de sus ojos se dilatan en la oscuridad y captan la luz de tu linterna para reflejarla sobre ti... peligro rojo; cuando los ojos de un lobo reflejan tan sólo la luz de la luna, destellan un verde frío, sobrenatural, un color taladrante, mineral. El viajero anochecido que ve de súbito esas lentejuelas luminosas, terribles, engarzadas en los negros matorrales, sabe que debe echar a correr, si es que el terror no lo ha paralizado.

Pero esos ojos son todo cuanto podrás vislumbrar de los asesinos del bosque que se apiñarán, invisibles, en torno de tu olor a carne, si cruzas el bosque a horas imprudentemente tardías. Serán como sombras, como espectros, los grises cofrades de una congregación de pesadilla; ¡escucha!, escucha el largo y ululante aullido..., un aria de terror súbitamente audible.

La melopea de los lobos es el trémolo del desgarro que habrás de sufrir, de suyo una muerte violenta. (…)

En el bosque, donde nadie habita, siempre estás en peligro. Si traspones los portales de los grandes pinos, allí donde las ramas hirsutas se enmarañan para encerrarte, para atrapar en sus redes al viajero incauto, como si la vegetación misma estuviera confabulada con los lobos que allí moran, como si los pérfidos árboles salieran de pesca para sus amigos..., si traspones los soportales del bosque, hazlo con la mayor cautela y con infinitas precauciones, pues si por un instante te desvías de tu senda, los lobos te devorarán. Son grises como la hambruna, despiadados como la peste. (…)

Teme al lobo y huye de él; pues lo peor es que el lobo puede ser algo más de lo que aparenta. (…)

(Angela Carter. “En compañía de lobos”, en La cámara sangrienta y otros cuentos.  Traducción de Matilde Horne. Barcelona, Minotauro, 1991)