miércoles, 14 de noviembre de 2012

El eco de la muerte


Los deseos del corazón son retorcidos cual sacacorchos,
no nacer es el mejor sino del hombre;
el segundo mejor es una orden formal,
las pautas del baile, baila mientras puedas.
Baila, baila, que la figura es fácil,
la melodía es pegadiza y no se detendrá;
baila hasta que se desprendan del techo las estrellas;
baila, baila, baila hasta que no puedas más.

(Wystan Hugh Auden. Canción de cuna y otros poemas.
Edición, traducción y prólogo de Eduardo Iriarte. Barcelona, Lumen, 2006.
Imagen: representación medieval de la “Danza de la muerte”)

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