Detrás del
monasterio, junto al camino,
existe un
cementerio de cosas gastadas,
en donde yacen
el hierro sarroso, pedazos
de loza, tubos
quebrados, alambres retorcidos,
cajetillas de
cigarrillo vacías, aserrín
y zinc,
plástico envejecido, llantas rotas,
esperando como
nosotros la resurrección.
(Ernesto
Cardenal. Antología nueva.
Madrid,
Editorial Trotta, 1996)

No hay comentarios:
Publicar un comentario