viernes, 12 de noviembre de 2010

Amo a una mujer de larga cabellera


En homenaje a Carlos Edmundo de Ory (Cádiz, 27 de abril de 1923 – Thézy-Glimont, 11 de noviembre de 2010) copio uno de los poemas suyos que yo más prefiero:

Amo a una mujer de larga cabellera
como en un lago me hundo en su rostro suave
en su vientre mi frente boga con lentitud
palpo muerdo acaricio volúmenes sedosos
Registro cavidades me esponjo de su zumo
mujer pantano mío araña tenebrosa
laberinto infinito tambor palacio extraño
eres mi hermana única de olvido y abandono
tus pechos y tus nalgas de dobles montes gemelos
me brindan la blancura de paloma gigante
el amor que nos damos es de noche en la noche
en rotundas crudezas la cama nos reúne
se levantan columnas de olor y de respiros

Trituro masco sorbo me despeño
el deseo florece entre tumbas abiertas
tumbas de besos bocas o moluscos
estoy volando enfermo de venenos
reinando en tus membranas errante y enviciado
nada termina nada empieza todo es triunfo
de la ternura custodiada de silencio
El pensamiento ha huido de nosotros
Se juntan nuestras manos como piedras felices
Está la mente quieta como inmóvil palmípedo
las horas se derriten los minutos se agotan
no existe nada más que agonía y placer

Placer tu cara no habla sino que va a caballo
sobre un mundo de nubes en la cueva del ser
Somos mudos no estamos en la vida ridícula
Hemos llegado a ser terribles y divinos
Fabricantes secretos de miel en abundancia
Se oyen los gemidos de la carne incansable
En un instante oí la mitad de mi nombre
saliendo repentino de tus dientes unidos
En la luz puede ver la expresión de tu faz
que parecías otra mujer en aquel éxtasis
La oscuridad me pone furioso no te veo
No encuentro tu cabeza y no sé lo que toco
Cuatro manos se van con sus dueños dormidos
y lejos de ellas vagan también los cuatro pies
Ya no hay dueños no hay más que suspenso y vacío
El barco del placer encalla en alta mar
¿Dónde estás? ¿Dónde estoy? ¿Quién soy? ¿Quién eres?

Para siempre abandono este interrogatorio
Ebrio hechizado loco a las puertas del morbo
grandiosa la pasión espero el turno fálico

De nuevo en una habitación estamos juntos
Desnudos estupendos cómplices de la Muerte.

(Carlos Edmundo de Ory. Poesía 1945-1969.
Edición de Félix Grande. Barcelona, Edhasa, 1970)

6 comentarios:

  1. una maravilla este gaditano. arturo
    un enorme de todo para ti, fernando.

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  2. Exquisito tu blog. Me gustan las cabelleras largas. Y mucho más, Darío Jaramillo.

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  3. Muchísimas gracias, Darío (¿eres Darío Jaramillo, el de verdad? ¿el que cruza cartas con Alec, sueña con gatos que le sueñan y novela con fantasma, escribe historias y poemas de amor, y es un hombre feliz que canta por cantar?).

    Un abrazote

    (http://fernandonombela.blogspot.com/2008/06/poemas-de-amor.html)

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  4. Quise decir que me gustan las cabelleras largas y que además me gusta mucho Darío Jaramillo. Pero no desesperes, si sigues escribiendo así, cualquier día será Darío el que te haga un comentario. Por no desilusionarte, es verdad que canto por cantar.
    Un abrazo.

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  5. Muchas gracias, Anónimo ("si sigues escribiendo así"..." pero si no escribo, tan sólo trascribo poemas ajenos). Era una pregunta retótica-homenaje con un poco de guasa: he tenido la fortuna de coincidir con Darío Jaramillo en varias ocasiones. Me gusta la gente que canta por cantar. Gracias de nuevo. Un abrazote

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