jueves, 6 de noviembre de 2008

Presencia del otoño


Debí decir te amo.
Pero estaba el otoño haciendo señas,
clavándome sus puertas en el alma. Amada, tú, recíbelo.
Vete por él, transporta tu dulzura
por su dulzura madre.
Vete por él, por él, otoño duro,
otoño suave en quien reclino mi aire. Vete por él, amada.
No soy yo él que te ama este minuto.
Es él en mí, su invento.
Un lento asesinato de ternura.

(Juan Gelmán. El juego en que andamos.
Buenos Aires, Nueva Expresión, 1959)

3 comentarios:

  1. Qué bellos poetas otoñales, dorados, plateados!!!
    Nostálgicos días de otoño. Inquietos arrebatos, locos vientos.
    Lluvias suaves. Fríos, fríos, fríos...
    Hogar.
    Calor.
    Dulces besos.

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  2. No sé por qué aún no te tengo linkeado! Pones cosas muy buenas>! me acabo de dar cuenta de lo de anna, justo la acabo de subir...

    un besito!

    luciérnaga

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  3. Hola Lucía, ¿qué tal la vie? ¿y tu periplo africano de este verano? Espero que muy bien todo.

    Estupendo que te guste Ajmátova, es una poeta y una mujer extraordinaria, como Marina Tsevetáleva (escribí sobre ellas en este blog: "Tu hermoso pelo negro (notas para un poema)").
    Si te interesa, te recomiendo algunos libros que seguro conocerás de sobra (y disculpa el marchamo académico): "Réquiem. Poema sin héroe", en edición bilingüe, traducción y un estupendo estudio introductorio de Jesús García Gabaldón, en Madrid y Cátedra, 1994; "Réquiem y otros poemas", bilingüe también, en traducción de José Luis Reina Palazón, Alfar y 1993; "Réquiem y otros escritos", Barcelona, Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, 2000 (incluye los documentos desclasificados del KGB sobre Ajmátova; "Soy vuestra voz", traducido Belén Ojeda para Hiperión, 2005, y la antología --junto a Marina Tsevetáleva-- que menciono en la entrada "El canto y la ceniza", traducción de Monica Zgustova y Olvido García Valdés, Galaxia Gutenberg y 2005.

    Cuídate y continúa escribiendo. Nos vemos por ahí. Un abrazote

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