
Anoche vi a través de una de las ventanas de mi casa a una
chica sentada enfrente de mi coche fumando. Bajé corriendo y le propuse intercambiar
un euro por uno de sus cigarrillos (hace casi cinco meses que dejé de fumar). Y
me dije, céntrate: primero, nunca le ofrezcas dinero a una chica; segundo, no vuelvas
a comprar tabaco. Una de las chicas que le acompañaban llevaba una sudadera de
Nirvana, así que les hablé un poco de la banda: les dije que formaron parte de
una ola que a su vez fue el detonante de la última revolución del rock and roll,
y que muy pronto –más o menos cuando tenía su edad- me di cuenta de esa deriva,
y de que seguramente estaba equivocado. Les hablé de todo eso no sólo por la sudadera,
sino también porque otra de las chicas de la pandilla quiere ser baterista y
formar parte de una banda, y ese tipo de cosas despierta en mí un enorme
entusiasmo. De alguna manera fue como hablar conmigo mismo. Pero era muy tarde,
y no me gusta dar el coñazo. Al final no entendimos muy bien lo del euro y el
cigarrillo, así que le regalé un ejemplar del Tao Te Ching que llevaba en el bolsillo. No soy taoísta, la verdad. La verdad es que no soy nada de nada.
Simplemente busco el balanceo, pero nunca encuentro la balanza.
Deja de pensar y finalizarán tus problemas.
¿Qué diferencia hay entre sí y no?
¿Qué diferencia entre éxito y fracaso?
¿Debes valorar lo que otros valoran,
evitar lo que otros evitan?
¡Qué ridículo!
Los demás se agitan
Como si se hallaran ante un gran desfile.
Sólo yo me despreocupo,
sólo yo permanezco inexpresivo
como un niño antes de descubrir la risa.
Otros tienen lo que necesitan;
sólo yo no poseo nada.
Sólo yo vago sin rumbo
como alguien sin hogar.
Soy como un idiota, mi mente está vacía.
Otros brillan: sólo yo soy oscuro.
Otros son agudos,
sólo yo soy lerdo.
Otros tienen ideas claras,
sólo yo ignoro.
Voy a la deriva como una ola en el mar;
viajo sin propósitos como el viento.
Soy distinto de los demás.
Bebo de los pechos de la Gran Madre.
(Lao Tse. Tao Te Ching.
Versión de Spephan Mitchell. Traducción de Jorge Viñes Roig. Madrid, Alianza
Editorial, 2017)
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