miércoles, 12 de noviembre de 2025

LUX

Y al privar a mis ojos de claridad, la muerte

vuelve pura la luz por ellos mancillada.

JEAN RACINE

Para llegar a ser todo, no quieras ser nada en absoluto.

SAN JUAN DE LA CRUZ

I

Amar a Dios a través de la destrucción de Troya y de Cartago, y sin consuelo. El amor no es consuelo, es luz.

Todo lo que carece de valor rehúye la luz. Aquí abajo, podemos escondernos bajo la carne. En la muerte, ya río se puede. Quedamos desnudos expuestos a la luz.

Al principio, es el movimiento lo que hace daño. Cuando se llega a la abertura, es la luz. No sólo ciega, sino que hiere. Los ojos se rebelan contra ella.

Un método para comprender las imágenes, los símbolos, etc. No tratar de interpretarlos, sino simplemente mirarlos hasta que brote de ellos la luz.

El objeto de la búsqueda no debe ser lo sobrenatural, sino el mundo. Lo sobrenatural es la luz: si hacemos de ello un objeto, lo menoscabamos.

Sólo lo bello permite estar satisfecho con lo que existe. Los trabajadores tienen más necesidad de poesía que de pan. Necesidad de que su vida sea una poesía. Necesidad de una luz de eternidad.

II

La luz, con el tiempo, produce un acostumbramiento a la luz que permite recibir más luz, y así sucesivamente. Progresión exponencial de las gracias.

La compasión por la fragilidad siempre está ligada al amor por la verdadera belleza, porque sentimos intensamente que las cosas verdaderamente bellas deberían estar aseguradas con una existencia eterna y no lo están.

Sólo el espacio inmenso donde habitan la luz y el vacío

se hizo de súbito presente de parte a parte, colmó el corazón,

y lavó los ojos casi ciegos bajo el polvo.

III

En cada hombre hay algo sagrado. Pero no es su persona. Tampoco es la persona humana. Es él, ese hombre, simplemente.

No se posee más que aquello a lo que se renuncia.

Aquello a lo que no se renuncia se nos escapa.

El amor es la mirada del alma.

(Simone Weil. La gravedad y la gracia. Traducción, introducción y notas de Carlos Ortega. Madrid, Trotta, 1988; La persona y lo sagrado. Traducción de María Tabuyo y Agustín López Tobajas. Palma de Mallorca, José J. Olañeta Editor, 2014; Poemas seguidos de Venecia salvada. Traducción de Adela Muñoz Fernández. Trotta, 2006; La fuente griega. Traducción de José Luis Escartín y María Teresa Escartín. Madrid, Trotta, 2002; Gabriella Fiori. Simone Weil. Una mujer absoluta. Traducción de Silvio Mattoni. Buenos Aires, Adriana Hidalgo Editora, 2006; Juan de la Cruz. Vida y obras completas de San Juan de la Cruz. Edición crítica, notas y apéndices de Lucinio Ruano. Biografía de Crisógono de Jesús y Matías del Niño Jesús. Madrid, BAC, 1971, 6ª ed.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario