Los juegos de la representación de la riqueza que ahora nos
parecen inherentes a la sociedad contemporánea son relativamente nuevos para
los españoles […]. En Estados Unidos, ya en los años veinte del siglo xx, se convirtieron
en una práctica común que algunos juagaron muy fuerte, como reflejó Scott
Fitzgerald en El Gran Gatsby. Esta novela
narra la historia de un señor que pensó que, viviendo en la Tierra de las
Oportunidades, él no tenía menos derecho al bronceado perpetuo, al champán y a
los trajes que cualquier patricio con dinero viejo. Y se equivocaba, porque
como explica Richard Conniff, el dinero viejo tiene unas reglas (en Estados
Unidos exactamente igual que en la Vieja Europa) y es muy difícil acordarse de
todas. Es curioso cómo el Gran Gatsby, un cuento con advertencia sobre los
peligros de la disforia de clase, se ha convertido en una novela de culto entre
los pijos. Tiene sentido: el propio Fitzgerald era un hombre atormentado por el
querer y el poder. […]
No hay nada más pijo que quitarle importancia al trabajo, es
decir, al dinero. O quizá sí lo hay y es quitarle importancia a lo que los
impuestos (el dinero que entre todos nos damos) proporcionan a los que no lo tienen
(o tenemos, nunca se sabe). […] Porque entre las fuerzas políticas que se
oponen a lo público se ha puesto de moda llamar “pijos” a todos los que
defienden sistemas redistributivos con resortes de protección colectiva, aunque
no estén ellos mismos (los que defienden lo público) en riesgo de exclusión social.
Los símbolos asociados a la riqueza que la mayoría poseemos son un arma con la
que atacar al prójimo. ¿Cómo va un “progre” a tener un chalet o conducir un
coche? […]
Se suele decir que el auge de los fascismos se produce cuando, en las grandes crisis económicas, sus líderes consiguen canalizar la rabia de los perdedores. En otros momentos de la historia la rabia se transformaba en ultranacionalismo o xenofobia. Lo novedoso es que las nuevas fuerzas reaccionarias hablan el lenguaje del Gran Gatsby: el de la vanidad.
(Raquel Peláez. Quiero y no puedo. Una historia de los pijos de España. Barcelona, Blackie Books, 2024)
Uno siempre puede ser el pijo de otro.
(Karine Tinat. Los
pijos de Madrid. Reflexiones sobre la identidad y la cultura de un grupo de
jóvenes. México, El Colegio de México, 2014)
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