Desde 1863 y hasta 1998, más de 150.000 niños indígenas
fueron separados de sus familias y llevados a internados estatales en Canadá. Estos
colegios, administrados por el gobierno y en manos de la Iglesia católica,
formaban parte de una política de “integración”. Hace un año se hallaron los
restos mortales sin identificar de 215 niños, estudiantes de uno de esos
internados, la Kamloops Indian Residential School. En la imagen de la fotoperiodista
Amber Bracken los vestidos naranjas colgados en cruces a lo largo de una carretera de Canadá intentan recordarlos. Huelga decir que ninguno de esos niños va a resucitar.
domingo, 17 de abril de 2022
Escuela residencial de Kamloops
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