Y abiertamente consagré mi corazón a la tierra grave y doliente,
y con frecuencia en la noche sagrada le prometí que la
amaría fielmente hasta la muerte,
sin temor, con su pesada carga de fatalidad,
y que no despreciaría ninguno de sus enigmas. Así me ligué a
ella con un lazo mortal.
(Friedrich Hölderlin. Empédocles
y escritos sobre la locura. Barcelona, Labor, 1974; La muerte de Empédocles. Barcelona, El Acantilado, 2001. Ambas ediciones
con traducción de Feliu Formosa)
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