En
el firmamento que observamos de noche, las estrellas resplandecen circundadas
por una punzada tiniebla. Porque en el universo hay un número infinito de
galaxias y de cuerpos luminosos, la oscuridad que vemos en el cielo es algo
que, según los científicos, necesita una explicación. Es acerca de la
explicación que la astrofísica contemporánea da de esta oscuridad que quisiera
ahora hablarles. En el universo en expansión, las galaxias más remotas se
alejan de nosotros a una velocidad tan fuerte, que su luz no logra alcanzarnos.
Aquello
que percibimos como la oscuridad del cielo, es esta luz que viaja velocísima en
torno a nosotros y, sin embargo, no puede alcanzarnos, porque las galaxias de
las cuales proviene se alejan a una velocidad superior a aquella de la luz.
Percibir
en la oscuridad del presente esta luz que busca alcanzarnos y no puede hacerlo,
ello significa ser contemporáneos. Por ello los contemporáneos son raros. Y por
ello ser contemporáneos es, sobre todo, una cuestión de coraje: porque significa
ser capaces no sólo de tener fija la mirada en la oscuridad de la época, sino
también percibir en aquella oscuridad una luz que, directa, versándonos, se
aleja infinitamente de nosotros. Es decir, aun: ser puntuales en una cita a la
que se puede solo faltar.
(Claudia Berrueto. Sesgo. México,
Ediciones Sin Nombre, 2015)
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