Hay un miedo
luminoso y un miedo amargo. El primero crece y crece y se expande hasta que
estalla. El segundo se encoge y se seca. Este miedo amargo es el que convierte
a los hombres en momias, el luminoso los convierte en poetas.
(Elías Canetti. El
suplicio de las moscas. Traducción de Cristina García Ohlrich. Madrid, Anaya & Mario Muchnik, 1994. Imagen: La Magdalena penitente de la lamparilla (1642-1644) de Georges de La Tour)
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