Todo pasa: el sufrimiento, el dolor, la sangre, el hambre,
la peste. También la espada pasará, pero cuando las sombras de nuestra
presencia y nuestros hechos se hayan borrado de la faz de la tierra las
estrellas permanecerán. No hay hombre que no sepa eso. ¿Por qué, entonces, no
volver nuestra mirada hacia las estrellas? ¿Por qué?
(Mijaíl Bulgákov. La guardia
blanca. Traducción de José Laín Entralgo. Barcelona, Destino, 1971. Imagen: Osa Mayor, 4, de El Hortelano)
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