I
Convoca
breve luz e inevitable
mente
adquieren su relieve
los
rincones,
las
cajas donde guarda su memoria
los
pequeños objetos que va diseminando
en
este espacio inútil del poema.
II
Se
resiste a ser cómplice.
En
los márgenes traza
un
plano que le guíe
a
través del olvido.
Esa
forma final de la intemperie.
III
Busca
su nombre verdadero
aquel
por el que un día será convocado
al
último inventario de existencia
al
balance final de su anonimia.
IV
Adopta
identidades que no le pertenecen
se ampara bajo nombres casi siempre supuestos
e inventa un pasado por él reconstruido.
Usurpa una existencia.
Pretende
demostrar que es prescindible.
V
Y
con qué claridad se hace carne el andamio
configura
un paisaje
de
escombros
o
de cuerpos
que
renuncian al alzarse
en
este ensayo previo
de
la luz y su angustia.
(Luis Luna. Language
Rooms [Poesía reunida 2000-2012],
Nueva York, Artepoética press, 2013).