Y ya que las obras solemnes y graves son las que se prestan mejor para desentrañar palimpsestos, fonocentrismos, prolepsis y cualquiera de las suertes más semióticas de la crítica deconstructiva, uno quiere advertir a los amables filólogos de guardia que no intenten hallar en mi novela nada semejante, ya que desde que tuve mi primera experiencial textual estoy a favor del texto libre, de las relaciones textuales sin compromiso, del texto por el texto y de la literatura homotextual, bitextual o heterotextual. Y es que un servidor no cree en la escritura como texto de representación, sino como texto de presentación.
(Fernando Iwasaki Cauti.
Libro de mal amor.
Barcelona, RBA Libros, 2001)
es buenísimo. divina ironía...veo que vas afilando cuchillos ; )
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