Una sirena se encontró a un bañista, lo quiso sólo para ella, pegó su cuerpo contra el suyo, riéndose; y al sumergirse, llena de una felicidad cruel, no se acordó de que también se ahogan los amantes.
(William Butler Yeats. La Torre.
Trad. de Carlos Jiménez Arribas.
Trad. de Carlos Jiménez Arribas.
Barcelona, DVD, 2004)
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