Ya desde el comienzo hablaron como si se conocieran desde
siempre. La frase más banal puede despertar un eco familiar en cada uno de
nosotros, pero es poco común y a la vez maravilloso que dos personas que se
encuentran por primera vez perciban esos mismos ecos. Es así como, según los
adeptos de la reencarnación, a veces pueden entenderse dos perfectos extraños
que se amaron en una vida anterior. Pero no es necesario creer en la
reencarnación para experimentar esa alegría de ciertos encuentros amorosos.
(Emmanuel Carrère. Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos. Un viaje en la mente de Philip K. Dick. Traducción de Marcelo Trombetta. Barcelona, Anagrama, 2024)
“Sí”, suspiraba Dick, “he pasado al lado de la vida”.
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