martes, 26 de agosto de 2014

Historias


Hace falta no parar de contar historias del pasado, del presente o del futuro, que mantengan en movimiento a la comunidad, que le devuelvan continuamente el sentido de la propia existencia y de la propia lucha. Historias que no sean nunca las mismas, que representen goznes de un camino articulado a través del espacio y el tiempo, que se conviertan en pistas transitables. Lo que nos sirve es una mitología abierta y nómada, en la que el héroe epónimo es la infinita multitud de seres vivos que ha luchado y lucha por cambiar el estado de cosas. Elegir las historias justas quiere decir orientarse según la brújula del presente.

(Henry David Thoreau, en Antonio Casado da Rocha. Thoreau. Biografía esencial. Prólogo de Joaquín Araújo. Ilustraciones de Paula Ortiz de Luna. Madrid, Ediciones Acuarela, 2004)

Thoreau era el único hombre que sabía leer la brújula, y ahora que ha muerto no tenemos ninguna esperanza de volver a encontrarnos a nosotros mismos.

(Paul Auster.  Leviatán.  
Traducción de Maribel de Juan. 
Barcelona, Anagrama, 1993)

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