Tal vez habría que decir también que hacer el amor
es sentir su cuerpo que se cierra sobre sí, es finalmente existir fuera de toda
utopía, con toda su densidad, entre las manos del otro. Bajo los dedos del otro
que te recorren, todas las partes invisibles de tu cuerpo se ponen a existir,
contra los labios del otro los tuyos se vuelven sensibles, delante de sus ojos
semicerrados tu cara adquiere una certidumbre, hay una mirada finalmente para
ver tus párpados cerrados. También el amor, como el espejo y como la muerte,
apacigua la utopía de tu cuerpo, la hace callar, la calma, y la encierra como
en una caja, la clausura y la sella. Por eso es un pariente tan próximo de la
ilusión del espejo y de la amenaza de la muerte; y si a pesar de esas dos
figuras peligrosas que lo rodean a uno le gusta tanto hacer el amor es porque,
en el amor, el cuerpo está aquí.
(Michel Foucault. “El cuerpo utópico”, conferencia
radiofónica pronunciada el 21 de diciembre de 1966 en France-Culture, en
El cuerpo utópico. Las heterotopías. Traducción de Victor Goldstein.
Buenos Aires, Nueva Vision, 2010. Imagen: Smoke # 11 de Stefano Bonazzi)
No hay comentarios:
Publicar un comentario