Cuantos más
libros leemos, más claro resulta que la verdadera tarea del escritor es
elaborar una obra maestra; ningún otro quehacer tiene, en comparación con éste,
la menor relevancia.
(Cyril
Connolly. La sepultura sin sosiego.
Traducción de Miguel Martínez-Lage.
Barcelona, Mondadori, 2000)
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