A Billie Holiday le hicieron la vida imposible, por ser pobre, negra y mujer. En ese orden. Por ser una borracha y una yonki fue después, y a consecuencia de aquello. En su situación, y con tanta sensibilidad, esos asideros euforizantes y analgésicos, esos cinturones tóxicos… Quién hubiera sido capaz de levantar una vida, la suya y la nuestra, como lo hizo ella, y llenarla de imaginación, memoria y delicadeza.
(…)
A pocas personas he conocido tan valientes y generosas, tan
bellas y con tanto genio, como a Billie.
(Fernando Nombela. Autobiografía
del rock and roll)
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