(18 de diciembre de
2009)
Más que en la fosa donde fuera arrojado su cuerpo inerte, pues
nadie sabe a ciencia cierta dónde se encuentran sus restos mortales, es en su
nombre y apellidos –Federico García Lorca— donde descansa la memoria de todos
los caídos. De todos los poetas asesinados.
(Fernando Nombela. Soñé
la muerte y otros poetas. Madrid, El sastre de Apollinaire, 2011. Imagen: barranca de Víznar)
No hay comentarios:
Publicar un comentario