¡Oh
cielo por encima de mí, tú puro! ¡Profundo! ¡Abismo de luz! … Arrojarme a tu altura-- ¡esa es mi profundidad! Cobijarme
en tu pureza-- ¡esa es mi inocencia!
(Friedrich
Nietzsche. Así habló Zaratustra. Edición
de Andrés Sánchez Pascual, Madrid, Alianza Editorial, 2003. Imagen: el cielo sobre
Berlín)
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